Soy adicto al café de tus ojos,
bebo de ellos sin contar las tazas.
Por el vicio mortal de tu boca,
lo daría todo, hasta mi casa.
Es el amor que me has inyectado
lo único que corre por mis venas.
Yo lo bebo, lo aspiro y consumo,
efectivo él espanta mis penas.
Sé que he tocado ya bajo fondo
porque sólo quiero lo que quieres,
más me niego yo a rehabilitarme
porque es dulce el sabor que tú tienes.
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Paz y amor!
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