Marchita la rosa
de mi corazón,
nunca ha conocido
lo que es el amor.
Se extingue la llama
de ingenua esperanza;
la vida no ajusta
por mí su balanza.
Y así yo me hundo
en profundo sueño,
el único mundo
del que soy el dueño.
Ilustraciones cortesía de Jhon Vasquez.
Lindo pensamiento lo compartimos el mismo sentir Tania
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