Pasé noches en vela
solamente para hablarte;
he soñado contigo,
no he querido despertarme.
Pero nada de eso importa.
He enfrentado mis miedos,
te he entregado mi confianza;
y he inclinado a tu favor
de mis juicios la balanza.
Pero nada de eso importa.
Le has sacado sonrisas
a mi alma que no apura,
y he llorado refugiada
en la noche más oscura.
Pero nada de eso importa.
Al ver hoy que no me quieres,
y quizás jamás lo hiciste
ronda sólo una pregunta:
¿yo te pierdo o me perdiste?.
Pero nada de eso importa.
Me gustó el poema, Tania. Reflejas en él lo que suele ocurrir muchas veces, cuando alguien se lanza a la aventura del amor y confía en haber elegido bien, pese a que siempre hay señales de que la cosa no va bien.
ResponderEliminar¡Buena primavera y cuidado al elegir!
Un abrazo.
Sí, no siempre se elige bien pero bueee... así se aprende.
ResponderEliminarBuena semana! Besos***
Buen contenido y manejo del tema. Bueno.
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