No soy esa muñeca
a la que puedes guardar
o sobre tu repisa
tener como una más.
No soy la porcelana
que debes proteger,
pero juntos el mundo
podemos recorrer.
No me ates, no me encierres;
si me dejas vivir
mil hermosos lugares
podríamos descubrir.
Si crees que son opuestos
amor y libertad
por más que yo te quiera
no hay nada más que hablar.