Maldigo el aciago día
del mes entre abril y junio
en que vine a dar contigo:
la fuente de mi infortunio.
Con rigor adamantino
me libero de tus lazos,
y no me harán retractarme
tus besos ni tus abrazos.
Pues sin ti mi alma rebosa
de una gran alacridad,
tu partida abrió las puertas
y entró la felicidad.
Uuuuuuuaaaaauuuuuuhhhhhhh ¡Vaya poemazo, Tania! Sobresaliente.
ResponderEliminarUn abrazo.
n.n linda, buen poema!!!
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