Pasé noches en vela
solamente para hablarte;
he soñado contigo,
no he querido despertarme.
Pero nada de eso importa.
He enfrentado mis miedos,
te he entregado mi confianza;
y he inclinado a tu favor
de mis juicios la balanza.
Pero nada de eso importa.
Le has sacado sonrisas
a mi alma que no apura,
y he llorado refugiada
en la noche más oscura.
Pero nada de eso importa.
Al ver hoy que no me quieres,
y quizás jamás lo hiciste
ronda sólo una pregunta:
¿yo te pierdo o me perdiste?.
Pero nada de eso importa.