tú me proteges del mal,
no tienes que ser un dios
para poderte adorar.
Es tuya la vida mía,
te la ofrezco sin dudar,
mi corazón en tu pecho
si gustas, puedes llevar.
Cada suspiro es por ti,
sólo miro por tus ojos
y con gusto cumpliría
cada uno de tus antojos.